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miércoles, 21 de febrero de 2007

Barna

He visitado el avispero: coches, fuego, ladrillo apilado y señales de prohibición.
Me he derretido en las horas, dejando pasar todo hasta el momento de levantar mis pies al cielo y observarme al revés.
un "tic" del reloj, el llanto visceral de una motocicleta pasando por la calle, una puerta cerrándose varios pisos más arriba.
El tiempo se detuvo y miré. Mis demonios habían vuelto.

1 comentario:

  1. Yo también estuve ahí, ví pasar las horas de su reloj, también era el mío... pero el tiempo también pasa, tampoco es eterno. Los demonios van y vienen, cuando tu los llamas, cuando tu los echas. Muchas veces nos sentimos mas seguros estando con ellos, es más cómodo, pero volar sintiendo libre es, sin duda, estar feliz.

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