Frank McCourt (Las cenizas de Ángela) escribe El Profesor desde su experiencia vital como educador.
Me he sentido bastante identificado con algunos pasajes del libro y en otros he reído mucho como en el que cuenta cómo les hacían explicar cada día uno de los pecados capitales y cuando tocaba la gula imaginaban exquisitos manjares....
También me he sentido triste en algunas ocasiones, ya que alguno de sus alumnos muere ( también he asistido a algún entierro de alumnos).
Espero que lo aprendido en este libro, divertido globalmente, y que refleja muy bien la agotadora pero estimulante lucha diaria con adolescentes en el aula, me sirva para mejorar en los próximos cursos.
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